Ferias de Juegos: El Lado Intenso del Casino
- Leonardo Castillo
- 14 may
- 2 Min. de lectura
Olvídate de los grandes casinos de alfombra roja, cristales y trajes elegantes, el mundo de las ferias de juegos es otro universo: rudo, itinerante, pero increíblemente humano, un lugar donde el glamour se reemplaza por adrenalina pura y donde, se escucha el bullicio de la vida real… en estéreo.
Mayra García lo vivió en carne propia, después del cierre de Poker City, encontró un refugio inesperado en estas ferias que, más que un trabajo, son un campo de batalla disfrazado de entretenimiento.
Un casino sobre ruedas
Las ferias de juegos son casinos temporales que se instalan por un mes en diferentes ciudades, no tienen la estabilidad de un casino formal, pero sí una exigencia brutal: cumplir metas rápidas, cada feria es una especie de “reality show sin cámaras”, pues llegas, te integras a un equipo de dealers de todo el país, adaptas tu estilo, aprendes otros… y te lanzas a la acción, no hay tiempo para egos, o rindes, o te vas.
En las ferias, el reloj no es solo un accesorio, es una cuenta regresiva constante, todo debe fluir rápido: los juegos, las transacciones, la actitud, debido a que la rotación de clientes es intensa y el margen de error es mínimo, cada noche cuenta… literalmente y lo curioso es que, aunque parezca un caos, todo se mueve por redes informales de confianza, además de que las contrataciones suelen ser por recomendación directa, sin CVs ni entrevistas formales. Te llaman porque alguien vio cómo trabajas y sabe lo que aguantas.
El alma lúdica
Una de las joyas ocultas de estas ferias es que no todo es blackjack o ruleta, ya que en algunos puntos, se juegan versiones más lúdicas y callejeras, como un juego con cubilete, estilo reto entre dealer y jugador, provocando un ambiente más callejero, más real, más emocional.
Ese tipo de dinámicas rescatan la esencia más básica del juego, por la conexión directa entre dos personas, el desafío, la estrategia... sin tanta formalidad, pero con mucha intensidad.
Las ferias no son para cualquiera, profesionalmente hablando, no hay lujos, no hay rutinas fijas, no hay zonas de confort, lo que si hay es la experiencia cruda, colegas de todos los estilos, y una prueba constante de carácter, al final, los que pasan por ahí salen con una historia más poderosa que muchas otras: la de haber vivido el lado más real, frenético y humano del casino.
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