El Miedo Puede Convertirse en tu Mayor Aliado

Fernando Reyes llegó a una academia de dealers sin un sueldo, sin dinero y con una sola certeza: tenía miedo, pero lo enfrentó, y en ese salto incierto, comenzó una carrera que hoy lo lleva a reflexionar sobre lo que pocos dicen en voz alta: el miedo puede ser un motor, no un obstáculo.

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El miedo como brújula, no como freno

En los casinos, cada movimiento cuenta, pero lo que no se ve, pesa más, y eso es el miedo a fallar frente a una mesa, a equivocarse en medio del ruido, a perder el control; Fernando convivió con esa tensión diaria, y la convirtió en habilidad, porque sí, el miedo activa zonas del cerebro vinculadas al aprendizaje, y cuando se domina, se vuelve impulso.

Muchos huyen de esa incomodidad, Fernando no, se quedó y con el tiempo, comprendió que el miedo no se supera, sino se usa.

Hay una frase de Carl Jung que lo acompaña: "Aquello a lo que te resistes, persiste; aquello que aceptas, te transforma.", Eso entendió cuando las horas en el casino ya no se sentían desafiantes, sino repetitivas. ¿Seguir como siempre? ¿Apostar por la comodidad? ¿O explorar el futuro, aunque duela? Fernando eligió la tercera opción, aunque no supiera exactamente cómo, y ese es el punto clave: no necesitas tener el mapa completo para dar el primer paso, solo necesitas la voluntad y el valor de no dejar que el miedo te congele.

Ahora bien, el mayor temor en la industria ya no es solo equivocarse en una apuesta, es volverse reemplazable, ya que con casinos digitales, dealers virtuales y software con inteligencia artificial, el reto no solo es saber repartir cartas… sino aprender a moverse entre la tecnología sin perder el toque humano, Fernando lo sabe, no corre contra la innovación; camina con ella, porque un croupier no solo entretiene: observa, conecta, transmite calma, y eso, sigue siendo irreproducible por una máquina.

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Experiencia de Fernando Reyes

La historia de Fernando es un recordatorio: no se trata solo de resistir la rutina, sino de darle sentido, el miedo que lo paralizaba lo empujó a crecer, a aprender, a adaptarse, y así, el miedo dejó de ser su enemigo… para convertirse en su más fiel aliado, porque al final del día, los grandes no son los que no sienten miedo, sino son los que lo transforman en poder.