¿Qué esperan los casinos de sus empleados?
- Leonardo Castillo
- 29 jul
- 2 Min. de lectura

En el nuevo episodio del podcast con Abraham Jiménez, se comentó un caso que sigue
ocurriendo más seguido de lo que parece: su esposa fue rechazada para trabajar en un casino por tener tatuajes y piercings visibles. Aunque hoy en día muchos consideran que esas normas están quedando atrás, en realidad siguen siendo parte del estándar en varios establecimientos.
Imagen y profesionalismo: más que apariencia

Los casinos, especialmente los más formales, manejan un ambiente que busca elegancia, orden y presencia impecable. No se trata solo de jugar, sino de ofrecer una experiencia, desde la arquitectura del lugar hasta la música ambiental, todo comunica una atmósfera específica, y el personal es parte esencial de esa imagen.
Así como en un hotel de lujo se espera que el recepcionista proyecte cierta presentación, en un casino sucede lo mismo: la imagen del empleado forma parte del servicio.
¿Por qué se cuidan tanto los detalles?
La razón principal es la percepción del cliente, muchos casinos buscan mantener una estética sobria y neutral que no distraiga ni reste seriedad al ambiente. En este sentido, tatuajes muy visibles, piercings llamativos o estilos fuera del código de vestimenta pueden romper con esa armonía visual.
Esto no significa que la persona no sea capaz o profesional, sino que el lugar tiene ciertos lineamientos que deben respetarse para mantener su concepto.

¿Pasa en todos los casinos?

No. Hay una diferencia clara entre casinos formales y casinos más relajados o dirigidos a otro tipo de público. En estos últimos, suele haber mayor flexibilidad en cuanto a la presentación, mientras el trato y la eficiencia del trabajador sean adecuados.
Pero en los casinos de estilo tradicional, especialmente aquellos que aún buscan proyectar un ambiente de clase, los estándares de imagen siguen vigentes.
Profesionalismo desde todos los ángulos
En definitiva, la presentación personal sigue siendo un valor clave dentro del mundo del casino, no es una cuestión de discriminación, sino de alinearse con el tipo de experiencia que el lugar busca ofrecer.
Cada empresa tiene derecho a establecer su código de imagen, y cada persona puede decidir si quiere adaptarse o buscar un espacio que se acomode más a su estilo. Lo importante es entender que el profesionalismo también se comunica desde lo visual, y en algunos entornos, eso pesa tanto como la actitud o la experiencia.
“No es rechazo, es que tu luz no fue hecha para alumbrar ese escenario.”
- La casa del Crupier.








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