Volver a Aprender, Volver a Enseñar
- Leonardo Castillo
- 25 jun
- 2 Min. de lectura

En el episodio nuevo del podcast, con nuestra invitada Angélica, se debate una verdad que resuena fuerte: “Ya no hay tanto interés por aprender como antes”. No es una queja, sino una observación honesta. Muchos trabajadores dentro del casino —nuevos y veteranos— enfrentan una desconexión progresiva con el aprendizaje, ya sea por miedo, desánimo o rutina, aprender ha dejado de ser deseo y enseñar, una carga.
¿Pero tiene que ser así?
El estancamiento silencioso: cuando aprender deja de emocionar
En el día a día del casino, no es raro escuchar frases como:
“Yo ya sé lo básico, ¿para qué más?”
“Ese juego es muy complicado, yo mejor me quedo en ruleta.”
“¿Y si lo intento y me equivoco frente a todos?”
El miedo al cambio es una barrera poderosa, pues aprender un nuevo juego implica salir de la zona de confort, exponerse, cometer errores; y por esto para muchos, eso es sinónimo de vergüenza o ansiedad y para otros, el aprendizaje parece “innecesario” cuando ya dominan uno o dos juegos.
Pero lo cierto es que quedarse en lo conocido puede cerrar puertas, no saber blackjack te puede limitar de pasar a VIP, no dominar bacará te puede frenar en un ascenso, no abrirse a nuevas técnicas o protocolos te puede dejar atrás en un entorno que evoluciona rápido.

Veteranos que ya no quieren enseñar

También existe otra cara: el cansancio de enseñar, algunos dealers con experiencia pierden el deseo de formar a los nuevos porque sienten que “ya no hay hambre de aprender”, o porque sus intentos pasados fueron recibidos con apatía o arrogancia.
Y sí, enseñar requiere paciencia, requiere tiempo, requiere que alguien te escuche y valore tu conocimiento. Pero también, enseñar es una forma de recordar por qué empezaste, de volver a conectar con tu historia, con tu aprendizaje, con tu pasión por las mesas.
A veces, enseñar es lo único que te devuelve el sentido cuando ya todo se siente automático.
Aprender y enseñar como evolución, no como obligación

La idea no es forzar a nadie, pero sí recordar que la evolución personal y profesional viene de moverse, no de quedarse. Aprender un nuevo juego puede darte seguridad, enseñar a otro puede devolverte el orgullo. Aprender una nueva técnica te puede abrir puertas y enseñar a alguien con respeto puede renovar el ambiente entero.
No se trata solo de saber más, se trata de ser más útil, más adaptable, más vivo dentro del trabajo.
Volver a aprender no es rendirse, es levantarse. Volver a enseñar no es cargar con otros, es inspirarse a uno mismo.
En el casino, donde cada día es distinto y cada jugada cuenta, quien se niega a crecer… termina perdiendo más que una apuesta, tal vez sea hora de volver a hacer lo que alguna vez nos emocionó: aprender con hambre y enseñar con el corazón.
Comments