Una visita al casino desde la mirada del que observa.
- Leonardo Castillo
- 8 jul
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 18 jul

Hay experiencias que se entienden mejor desde dentro. Por más que uno hable, escuche o escriba sobre casinos, nada se compara con observar su funcionamiento real, en carne propia, el caminar entre mesas, luces y fichas es fenomenal. No necesitas ir como jugador para apostar, ve a observar, a escuchar y a comprender su funcionamiento.
Solo el ambiente real muestra lo que significa vivirlo.
🎯 Zona de Juego en vivo
La zona de Juego en vivo es, sin duda, el alma de un casino. Un Croupier resalta detrás de las mesas de juego, se nota demasiado su seriedad y concentración en el juego (al menos de los que tienen experiencia claro), así debe ser, pero cuando lo vez con detenimiento puedes de alguna forma sentirlo; no imagino la presión en esas instancias de perder la cuenta, cometer un error con alguna apuesta, pagar demás, etc... La comunicación con los jugadores es clara, algunos dealers tienen un trato muy serio o solo se dedican a repartir cartas, otros son extrovertidos, mantienen una relación con más carisma, para mantener el ambiente más divertido en las mesas, y con ello el cliente pase un buen rato independientemente si pierde o no.

Sí es la primera vez que visitas un casino y vas al área de mesas, acércate con alguien que tenga traje negro esa persona de dará asistencia en alguna duda que tengas, o bien si ves a un croupier en una mesa sola, acércate y pregunta sobre los juegos, las cortesías, las compras mínimas, la apuesta mínima del juego, los baños, etc. Dependiendo la sala de casino puede que notes un trato preferencial hacia algún jugador de la mesa.
Algunos dealers en general son bastante amigables, otros son serios y distantes, pero siempre mantienen el respeto, portan una vestimenta formal y elegante, en este caso particular el negro con sutiles toques dorados, pues no hay color más elegante que el negro.

En algunos Dealers, el entusiasmo se nota a kilómetros, como si cada carta que tocan, cada jugada que guían, fuera un reflejo del amor que le tienen a su oficio y eso es hermoso; ver cómo alguien se divierte junto a los jugadores haciendo lo que ama, y lo transmite sin necesidad de palabras. Se siente, se vibra, se contagia, aunque no todos lo muestran igual, algunos no tienen ese brillo en los ojos, es posible que se deba al cansancio, o a la rutina o simplemente tienen tanto tiempo en el medio del entretenimiento y apuestas que es un día más de su rutina, pues no todos los dealers lo viven igual.
Es natural, porque no todos los caminos arden con la misma intensidad, pues algunos están ahí por cambiar de rutina, otros por necesidad, por descubrir el ambiente, talvez hasta para encontrar el secreto de cómo es que "siempre gana la casa". Y eso también dice algo de la vida... que no todos los días brillamos, que no siempre nos apasiona lo que hacemos.
Pero cuando sí... cuando alguien deja que su pasión hable a través de sus manos, de su mirada, de su entrega… es imposible no notarlo y es imposible no admirarlo.

Te encantará no solo ver a los Dealers mover cartas…si no la diversión que transmiten los jugadores que arriesgan todo su capital, y la elegancia de pocos dealers en las mesas, porque no era solo un acto mecánico, era una danza precisa entre los dedos y el tiempo, pues cada carta girada con intención, cada ficha colocada con presencia; no era como en las películas... era mejor, porque esto era real, palpable y cercano. No solo saben lo que hacen, se nota que dominan su espacio, su momento, y cuando cambian de mesa o de juego, lo hacen sin titubear, como si cada tablero fuera parte de su segundo hogar. De verdad ves algo sin igual, no solo reparten cartas, reparten presencia y entregan elegancia.
Lo que se respira en la mesa es una mezcla sutil, por un lado, nervios, porque hay dinero de por medio, pero también alegría, emoción, risas, consejos, anécdotas de vida... Se nota especialmente en las mesas de póker, donde los jugadores hablaban, reían, gritaban. La ruleta, en cambio, suele tener más tensión en algunos momentos cuando las apuestas son altas y se juegan valores mínimos de $100 la ficha hasta $1,000, sin embargo, en una ruleta donde el valor de la ficha es $5 o $10 pesos, es emocionante por que el riesgo es menor y la ganancia mayor y la gente tiene cierta camaradería, en esencia: cada juego crea su propio microclima emocional, es como visitar diferentes micro mundos por cada mesa de juego.

Fue en una sola mesa —la de Baccarat— donde el ambiente cambia por completo. Ahí suelen tener personas de rasgos orientales apostando sumas altas, pues el juego proviene de china, el ambiente a veces es silencioso, tan tenso que se cortaba con la mirada, apenas y había bromas o sonrisas, en otras ocasiones son gritos y festejos, pues el juego parece sencillo, o apuestas a que gana el de arriba o que gana el de abajo. En medio de todo ese silencio, puedes confirmar algunas cosas de las que ya han escrito en este Blog, presencias en esta misma mesa un mal trato de los jugadores hacia el personal de juego, aunque tampoco es de los peores, no es agradable, en algunos casinos el jugador puede manipular las cartas y doblarlas, lanzado con su puño ambas cartas con desprecio hacia el croupier en mesa. El croupier debe mantenerse firme y no responder, debe esperar la intervención de un alto mando o seguridad (si la hay) aun que en muchos casos se sigue el juego y no existe el apoyo de los jefes para que se defienda al croupier.
Cuando un jugador está molesto, nos hace pensar: ¿En qué momento el dinero da derecho a tratar a otros como si valieran menos? ¿Porque decidiste arriesgar tu dinero si te vas a enfurecer si lo pierdes?...
🎰 Zona de máquinas

A diferencia del área de mesas, la zona de máquinas tiene un ambiente distinto, luces más intensas, sonidos más llamativos, jugadores en su mayoría de la tercera edad, cuentan con un diseño pensado para atraer, sin embargo, hay rostros inmóviles y una mano apretando botones, miradas clavadas en la pantalla y pocas veces gente divirtiéndose.
Aquí el ambiente es más serio, de concentración tensa o indiferente esperando obtener un premio.
Conclusión
No vayas al casino a gastar, ve a conocer, jugar, disfrutar el ambiente, la música, los eventos especiales, los sorteos y las rifas de premios, arriesga un momento de tu vida para conocer algo nuevo sin la obligación de gastar, basta con adentrarte al mundo y decir que estuviste ahí.
Ser dealer exige más humanidad de la que parece, el respeto no debería depender del dinero que alguien apuesta, hay trabajos tan invisibles, que solo los valora quien se toma el tiempo de mirar con atención.







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